Dos monjes Zen iban cruzando un río. Se encontraron con
una mujer muy joven y hermosa que también quería cruzar, pero tenía miedo.Así que un monje la subió sobre sus hombros y la llevó
hasta la otra orilla.
El otro monje estaba furioso. No dijo nada pero hervía
por dentro. Eso estaba prohibido. Un monje budista no debía tocar una mujer y
este monje no sólo la había tocado, sino que la había llevado sobre los hombros.
-Tendré que decírselo al maestro. Tendré que informar acerca de esto. Está prohibido.
-¿De que estás hablando? ¿Qué está prohibido? -le dijo el otro.
-¿Te has olvidado? Llevaste a esta hermosa mujer sobre tus hombros -dijo el que estaba enojado.
El otro monje se rió y luego dijo:
-Sí, yo la llevé. Pero la dejé en el río, muchas leguas atrás. Tú todavía la estás cargando...
No comments:
Post a Comment